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Piedras verdes: El desencanto de un pueblo mágico

Fotos y texto por Melissa Valenzuela*

La entrada del pueblo de un letrero que dice Piedras Verdes, Alamos, Pueblo Mágico.

Un letrero identifica al Nuevo Piedras Verdes como parte del “Pueblo Mágico” de Álamos, Sonora.

ÁLAMOS

Al recorrer México es difícil hacer caso omiso de los problemas ambientales que sufre a causa de los intereses políticos y económicos de las empresas, compañías y corporaciones, en su mayoría extranjeras, bajo  un emblema de desarrollo que no necesariamente beneficia a las comunidades.  Tal es el caso de Piedras Verdes, al encontrarse afectada por una minera que con engaños se apropió de su territorio y no cumplió con la infraestructura prometida.

Piedras Verdes es un pueblo que pertenece al municipio de Álamos, Sonora, conocido como “pueblo mágico” por sus atractivos de ecoturismo, clima placentera, edificios coloniales, callejones empedrados, artesanías y eventos culturales.

Álamos colinda al norte con el municipio de Rosario, al sur con el estado de Sinaloa, al este con el estado de Chihuahua y al oeste con los municipios de Huatabampo, Navojoa y Quiriego.

Los pobladores del lugar comentan que desde 1950 se había explotado el territorio por la llamada Mina del Cinco, donde se extraía cobre.  El lugar fue nombrado así  porque al caer agua en las rocas se presentaba una reacción química de oxidación, resaltando de esta manera  el  color verde.

Al pasar el tiempo e incrementar las investigaciones geológicas en el lugar y descubrir la cantidad de cobre que se podía extraer, fue que empezó aumentar el interés de mineras extranjeras.

Entre ellas, la minera Frontera Copper Corp., Cobre del Mayo, S. A. de C. V. explota el mineral ya que se iniciaron  negociaciones con los 48 ejidatarios poseedores de esa área hace nueve años.

Foto que describe los servicios con que contarán el nuevo pueblo, prometidos por la compañia minera.

En la entrada del pueblo, otro letrero da fe a las promesas hechas por la minera Cobre del Mayo a los habitantes del Nuevo Piedras Verdes.

Comenzaron por realizar reuniones con los dueños del lugar y proponer acuerdos para despojar a los pobladores del sitio. Don Yoyo, un señor de alrededor de 75 años, comenta: “Ellos nos decían que la mina nos traería beneficios porque nos daría fuente  de empleo para nuestros hijos e hijas y para nosotros también”. Por otro lado, la señora Conchita dice: “Venían muchos licenciados de México, gringos, canadienses,  a  decirnos   que nos   convenía porque   tendrí-
amos trabajo, ganaríamos dinero y con la reubicación pondrían agua potable, calles pavimentadas y para nosotros eso era tener una mejor vida".

En el mes de enero del año 2005, empezaron a deshabitar el pueblo de Piedras Verdes. Los habitantes eran quienes destechaban y desmantelaban sus hogares, como por ejemplo quitar las puertas, ventanas, patios; el trascabo se encargaba de derribar las paredes. La mayoría de las personas tenían animales, como vacas, gallinas, chivas, borregos. Doña Cuca comenta: “Hubo personas a las que sin decirles nada, llegaron las máquinas, arrasaron con sus cercos, y sus animales se dispersaron para la presa o quién sabe para donde se fueron”.

En el mes de febrero, ya tenían identificado el lugar donde vivirían, así como también el solar que le correspondía a cada quien. Don Ataulfo, ejidatario del lugar, comparte: “Yo la verdad estuve de acuerdo en vender mi casa porque ofrecían una cantidad de dinero muy fuerte. Imagínese que le digan: ‘Le vamos a dar más de 100 mil pesos por su vivienda’,  es una cantidad que nunca uno se imagina tener en sus manos nunca, y pues llegan y te la ofrecen. Uno se ilusiona y por otra parte uno quería lo mejor para los hijos y para la gente”.

El 17 de febrero de 2005, se hicieron los agujeros para colocar los postes de la luz en el Nuevo Piedras Verdes; para el 22 de febrero ya empezaban a construir los primeros cimientos del kínder, primaria y telesecundaria; ese mismo día también realizaban la fosa para el drenaje.

Foto de un niño y su madre, mirando a través de un campo vacío hacia la minera en la distancia.

Habitantes del Nuevo Piedras Verdes observan la minera y recuerdan con anhelo el antiguo pueblo en el que vivían.

El 27 de febrero, a las personas les dieron sus solares con los números correspondientes. Los terrenos y viviendas fueron valorados por un licenciado o ingeniero, el cual calificaba la cantidad económica de los mismos, de esta forma se le entregaba a la gente su porción de tierra y ganancia monetaria.

“Para valorar el precio de la vivienda vino una gente especializada.  Hubo personas a las que se les dio muy poco, otras se vieron mas listas y se resistían a no venderle a la minera. A esas les dieron muchísimo más que a todos nosotros; se vieron más inteligentes”, remarcó Don Ataulfo.

Para el 17 de marzo de 2005, se firmaron los contratos para cambiar de casa y pueblo.  Durante los meses de abril, mayo y junio, se estuvieron instalando la luz eléctrica, pozo de agua comunitario, y drenaje. Raspaban la tierra para marcar las calles del Nuevo Piedras Verdes.

En la actualidad, el poblado  padece  problemas de agua, ya que nadie tiene el líquido en sus hogares porque no hay suficiente, y los habitantes tienen que conformarse con una pipa que es mandada por la mina, la cual hace sus recorridos todos los días. Algunas personas dejaron de tener animales por las pestes que pueden presentarse o para evitar que el ganado de corral  se pase al solar vecino.

Los habitantes se ven afectados por estos cambios tan repentinos, ya que muchos estaban acostumbrados a vivir del ganado, siembra de ajonjolí, calabaza, maíz, ahora ya no se siembra nada.

Es lamentable que políticos corruptos dentro de las instituciones gubernamentales sean los que otorgan permisos para llevar a cabo tal expropiación y  depredación, y en contubernio con empresarios usan diversas estrategias para cumplir su objetivo, siendo una de ellas el engaño.

Un balde de tierra anarajanda.

Dentro del bote se encuentra el recuerdo de la tierra que en algún momento hizo posible la construcción de hogares, cultivos de alimentos para las familias y animales. En la actualidad, la tierra de la imagen es todo lo que queda del antiguo Piedras Verdes.

Está comprobado que uno de los 10 problemas ecológicos nacionales está encabezado por la minería ya que deteriora y acaba con los recursos naturales, así como con la cultura rural ya que se le otorgan concesiones que alcanzan más de 54 millones de hectáreas -- es la cuarta parte del territorio. 

El etnoecólogo Víctor Toledo advirtió que las ganancias de las compañías canadienses y mexicanas “son increíbles” en proporción  a los conflictos sociambientales que se multiplican por todo el país al contaminar aguas y suelos por emanaciones y filtraciones con cianuro, arsénico, cadmio, plomo, cromo, entre otras sustancias tóxicas y por otro lado utilizan enormes volúmenes de agua.

No sólo las comunidades rurales indígenas del estado de Sonora pasan en la actualidad por este tipo de situación. También hay otros estados que lamentablemente están en esta situación, por ejemplo Chihuahua, Durango, Zacatecas.

Para finalizar, ¿Qué piensas de esta  problemática? ¿Qué alternativas o propuestas surgen al tener una idea de la situación minera en nuestro país? ¿Cómo se puede o podría ser resuelta esta situación?  Tú, como ciudadano ¿Cuál es tu opinión?

* Etnóloga y consultora independiente