DIRECTORIO

Colaboradores en este número

Baja California Sur
Manuel Hernández

Baja California
César Angulo

Sonora
Melissa Valenzuela
José Luis Juárez Ortega

Sinaloa & Nayarit
Agustín del Castillo

Consejo Editorial
Talli Nauman (San Ignacio, B.C.S.)
Debra Valov (Mulegé, B.C.S.)
Griselda Franco Piedra (Guaymas, Son.)
Miguel Ángel Torres (Aguascalientes, Ags.)
Agustín del Castillo (Guadalajara, Jalisco)

Asesores Vol. 4, No. 1           
Dahl McLean, Aracely Rojas, Eréndira Valle

Traducciones
Debra Valov
Jim Morgan
Pacifica

Agradecimientos
SuMar - Voces por la Naturaleza, A.C.; Fondo de Acción Solidaria, A.C.; Green Grants, Society of Environmental Journalists, Fund for Environmental Journalism; Lasecomujeres.org; Ecology Project International; Tutuaca Mountain Center; Conabio, Gloria & Dennis Peterson

Diseño
Debra Valov; Mulegé, B.C.S.

Contacto
meloncoyote [at] gmail.com

 

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Melóncoyote es un producto de Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica (PECE), un proyecto independiente de comunicación fundado en 1994 con el apoyo de la Fundación MacArthur.

Los puntos de vista de los autores son responsabilidad propia.

Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos, ilustraciones y/o contenidos, citando a los autores y a la publicación.

 

         

    

                

Editorial

Ante reforma energética hay que redoblar esfuerzos para fuentes renovables

La reforma energética aprobada por el Congreso de la Unión en este aciago diciembre, es la culminación de la política neoliberal iniciada hace 31 años bajo la presidencia de Miguel de la Madrid y el logro más significativo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El petróleo, el gas y la electricidad no son los únicos recursos que se entregan a inversionistas extranjeros y nacionales, sino además la totalidad de los recursos naturales, sean minerales, vegetales o acuíferos que se encuentren en la masa continental o en las profundidades marinas.

Los cambios que esta reforma implica a la Constitución legalizan actos violatorios del marco jurídico que ya ocurrían con la injerencia de corporativos extranjeros en actividades exploratorias de Pemex, la agresión de empresas mineras de otras nacionalidades en contra de pueblos enteros, la apropiación de acuíferos por parte de firmas refresqueras y una lista interminable de embestidas que evidencian la gradual pérdida de soberanía nacional y abren nuevas formas de saqueo.

El país queda expuesto al atraco, y de manera particular, el área del Golfo de California, cuyas riquezas marinas, del subsuelo, flora y de fauna, atraen la codicia de grandes corporativos para edificar megaproyectos y explotarlas sin medida.

Regresarán con mayor fuerza e impunidad planes de inversión ya derrotados por la resistencia ciudadana, que tendrá que redoblar esfuerzos para preservar su estilo de vida y sus recursos naturales.

La debilidad de México se ahonda al considerar que al poner a disposición el petróleo, el gas y la electricidad dentro del libre mercado, quedan a merced de Canadá y Estados Unidos como naciones más favorecidas, status que les otorga el TLCAN.

Bienvenidos a todos los esfuerzos a favor de la calidad del aire

En la historia de la Región del Golfo de California, la agenda gris ha tomado un asiento atrás de la azul y verde en lo concerniente a la lucha por el ambiente, ya que la primera abarca  la contaminación proveniente de  los desechos y las otras se refieren a la conservación para evitar el agotamiento de los recursos.              Lee más >>>

Incluso, de acuerdo con el investigador de la UNAM, Jaime Cárdenas, si México decide revertir la reforma tendrá que consultar a esas naciones bajo los preceptos de los artículos 11, 14 y 15 del Tratado. Peor aún en caso de controversias entre México con esos gobiernos o con transnacionales, estas serían resueltas por tribunales de arbitraje del TLCAN, donde México ha perdido de todas todas.

Es difícil prever el alcance de las consecuencias que esta, “la madre de todas las reformas”, tendrá en la economía, en las finanzas, la sociedad y los recursos naturales, pero es seguro que tensará las relaciones políticas de la ciudadanía con los partidos y con los gobiernos, entre el capital y el trabajo, y aún más las relaciones entre los países vecinos, dada la entrega sin tapujos de la soberanía a los designios de Washington.

La generación de energía alternativa, tema principal de esta edición de Melóncoyote, será para mucho después, al igual que el ambiente que no aparece ni de manera marginal en el discurso del poder.

La sociedad aún no ha respondido y esperemos que una vez que salga de su letargo de fiestas decimbrinas inicie la larga lucha para revertir no sólo la reforma energética sino también las otras reformas dictadas en los 12 meses recientes.

Misión

¿Por qué el Melóncoyote?

Al arrancar el primer proyecto de periodismo ciudadano de la región de El Golfo de California, en 2005, nuestro equipo escogió el nombre de Melóncoyote porque es una especie emblemática de las tierras en que desempeñamos nuestra misión.

El melóncoyote (Cucurbita palmata, C. cordata, C. digitata o C. foetidissima), también conocida como calabacilla, es una planta silvestre, perenne, resistente, versátil, bella, útil y nativa de los suelos arenosos que caracterizan la región de El Golfo de California. Se encuentra en siete estados y dos países: Baja California Sur, Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit, en México; y California y Arizona en los Estados Unidos.

Los y las lugareños indígenas y campesinos que portan la sabiduría tradicional nos dicen que en su uso como medicina es amarga pero efectiva; como instrumento musical, sirve de sonaja; como alimento, sus semillas proveen de harina y aceite con alta cantidad de proteína; y su cáscara es ideal para guardar “tiliches”. Es parte integral de la cadena alimenticia, ya que toma su nombre del hecho de que los coyotes la comen, y también nutre a la jabalina y el puerco espín. Tiene una raíz inmensa que le garantiza la sobrevivencia contra el mal tiempo, mientras sus largas enredaderas sirven de anclas para la tierra en áreas frágiles.

El equipo hizo énfasis en su intención de crear un medio de comunicación masiva, capaz de difundir los esfuerzos para el desarrollo sustentable a nivel regional, al escoger el nombre de Melóncoyote, porque se encuentra la especie en toda la zona. Con ella como nombre y logotipo, damos una clara señal, además, de nuestro respeto para los detalles del territorio y los mares, así como las culturas ancestrales y las costumbres de la región.

Vemos el establecimiento de este medio de capacitación y difusión como algo urgente dada la idiosincrasia de la región. Nos concebimos como un elemento del entorno, positivo como es el melóncoyote, ante los retos del crecimiento de la región: su densidad poblacional baja, reciente incorporación política a la estructura nacional gubernamental, alta atracción natural, y proximidad al sector fuerte de inversión estadounidense. Entendemos que todo esto implica fuertes presiones de desarrollo que requieren de habitantes informados, con la posibilidad de participar en las decisiones que afectan su tierra, agua, aire, tesoro de biodiversidad y futuro. Invitamos a otros ciudadanos a unirse con nosotros a participar en la construcción de este medio y por un futuro estable para la región.

Los antecedentes del proyecto datan de 1994, cuando se formó Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica, PECE, un primer intento de su tipo, que después participó en la fundación en 2004, de la organización nacional gremial de la Red Mexicana de Periodistas Ambientales.

Todo el trabajo del Melóncoyote es voluntario.