Sinaloa y Nayarit

Agricultores, acuicultores, y pescadores de El Rosario y Escuinapa se unieron para salvaguardar los acuíferos que se encuentran amenazados por la construcción del CIP-Playa Espíritu, un mega desarrollo inmobiliario de Fonatur en Sinaloa.

Por Machángeles Carvajal*

El primer mandatario de México Felipe Calderón llegó al fin del sexenio sin lograr lo que fue señalado como uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno federal cuando lo inauguró aquí en febrero de 2009: el megadesarrollo costero del Centro Integralmente Planeado Costa Pacifico.

Lo propuso en Marismas Nacionales, un sitio que sobresale a nivel nacional e internacional por sus grandes riquezas naturales y culturales. Sus habitantes, gente sencilla del sur de Sinaloa y centro-norte de Nayarit, se enorgullecen por sus deliciosos platillos de especies capturadas en las marismas: el rico ceviche de camarón, el delicioso robalo zarandeado y los famosos cocteles del ostión nativo cultivado localmente..

Sin embargo, estas bellas marismas, también hogar de un gran número de fauna residente y migratoria, merecedoras de la designación de humedal Ramsar por su importancia mundial, enfrentan serios retos. A la contaminación, tala y sobre explotación en la zona, se suman posibles cambios estructurales por la construcción de grandes proyectos que pueden tener efectos irreversibles.

Una de las principales amenazas es el mega proyecto turístico inmobiliario, Centro Integralmente Planeado (CIP) Playa Espíritu, otrora Costa Pacifico, anunciado por el Fondo Nacional al Turismo (Fonatur), en construcción en el municipio de Escuinapa, Sinaloa. Otra es la presa hidroeléctrica Las Cruces, a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), alimentada por el Río San Pedro, en Nayarit, uno de los últimos ríos libres de México.

Ante estas circunstancias tan adversas, más de 100 líderes de 30 comunidades del área, capacitados por la organización guaymense sin fines de lucro Sumar – Voces por la Naturaleza, armaron una campaña ciudadana para la revalorización de los servicios ambientales, es decir de todo lo que brinda la naturaleza y en este caso lo que proveen las marismas y el río San Pedro Mezquital.

Llevaron su mensaje a estudiantes, pescadores, agricultores, ganaderos, acuicultores y autoridades locales, con una audiencia aproximada de 8 mil 700 personas de manera directa, y muchas más por vías radiofónicas.

Lo más reciente de esta campaña es la conformación en Sinaloa del grupo “Voces por el Agua”, el cual se propuso como primer objetivo la conservación de los acuíferos de agua dulce que dan vida a sus actividades económicas, así como el rediseño del CIP Playa Espíritu.

El esfuerzo se inspiró en otro emprendido por la gente de Nayarit, que conformó los Consejos Intercomunitarios del Río San Pedro y el Consejo Indígena. Llevan por lo menos dos años con las metas de la conservación de sitios sagrados y el éxito de sus actividades económicas, mismo que depende de la permanencia del libre flujo del Río San Pedro. Su lema ya conocido a nivel internacional es: “No a la presa Las Cruces”.

Al organizar la campaña en tres grupos de representación sectorial y comunitaria, con objetivos y exigencias precisas, los habitantes de Marismas Nacionales han creado cada vez más conciencia de la situación y de su responsabilidad histórica.

Tomando las riendas de su presente, unen voces y acciones para conservar aquello que les da vida e identidad ahora y mañana.

*Socia fundadora de SuMar-Voces por la Naturaleza, A.C.