Por Sergio Morales Polo*

En México, el turismo es el tercer renglón más importante de ingresos, en dólares, después del petróleo y de las remesas de los trabajadores llamados braceros o trabajadores migratorios. Por esta razón, se supone que los habitantes de las comunidades turísticasdeberían gozar de niveles de bienestar superiores al promedio. La realidad es que su calidad de vida deja mucho que desear. Basta con mirar los cinturones de miseria que se han formado en Cancún, Acapulco, Los Cabos y Puerto Vallarta, entre otros.

Se supone también que si la fuente principal de ingresos y empleos tiene como soporte el patrimonio natural, es decir ecosistemas, paisaje, flora, fauna, balnearios y deportes al aire libre, la sociedad civil, los gobiernos y los empresarios, procurarían conservarlo sin escatimar esfuerzos: cuidarlo porque se trata de la gallina de los huevos de oro. Empero, actúan en forma irracional. Construyen hoteles que afean el paisaje, destruyen agotan los acuíferos, arrasan la flora, alteran el hábitat de las especies silvestres, tiran basura por todas partes.

La Organización de Naciones Unidas (ONU), con la intención de corregir esos resultados indeseables, que se observan en todo el planeta, emitió el Código ético mundial para el turismo, firmado en la XIII Asamblea General de la Organización Mundial de Turismo, en la república de Chile en 1999. Constituyó el marco de referencia, y las directrices, para empezar a construir lo que la ONU bautizó como “desarrollo turístico responsable y sostenible”; sostenible tanto en lo   social como en  lo económico, ambiental y cultural.

Dicho organismo confía en la sensatez de los distintos países y los exhorta a adoptar el código, haciendo hincapié en que “no debe haber dos tipos de desarrollo turístico, uno responsable y otro irresponsable”. Para precisar, establece para el Turismo Responsable tres objetivos: 1) Fomentar el desarrollo turístico sostenible y justo, desde el punto de vista económico, social y ambiental, con la finalidad de que la actividad  turística  beneficie a  la población de  los  destinos  en  que  se realiza; 2) Impulsar una actuación ética de las empresas turísticas que

participan  en la industria; 3) Fomentar  la  solidaridad y cooperación entre el sector turístico y los destinos a fin de procurar su  mejoramiento económico y social mediante programas de desarrollo turístico.

Más adelante, en la Declaración de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en 2002, las naciones contrajeron el compromiso siguiente:
“Promover el desarrollo del turismo sostenible para incrementar los beneficios en las comunidades, manteniendo la integridad cultural y  ambiental, así como fortalecer la protección de las áreas ecológicas y el patrimonio natural. Asimismo, promover el desarrollo del turismo sostenible y la capacitación, para contribuir al fortalecimiento de las comunidades locales y rurales”.

Para cumplir con dichos compromisos, México ha establecido políticas públicas, metas y disposiciones en distintos instrumentos como: Plan Nacional de Desarrollo, Programa Nacional de Turismo, Programa Nacional del Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Agenda 21 para el Turismo Mexicano. Puede decirse que existen suficientes instrumentos para instaurar el Turismo responsable, pero estos quedan solamente en buenas intenciones.

Es evidente que hace falta el empuje de la sociedad civil, a fin de que mueva  la  voluntad   política   de  los   gobernantes  municipales   para:
Boletín Ciudadano Sobre el Desarrollo Sustentable del Noroeste Mexicano
Turismo
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México: rezagado en turismo
responsable y sostenible

Uno de los objetivos del turismo responsable es fomentar el conocimi-
ento de los atributos naturales y culturales de las comunidades anfitrionas.
(Foto:Ernesto Bolado Martínez)
1) Fortalecer la organización municipal de turismo a fin de que realice todas las funciones necesarias de: planeación, programación, orientación, difus-
ión, normatividad, evaluación y promoción; 2) Crear el Consejo Municipal de Turismo, a fin de democratizar la toma de decisiones y facilitar el acceso a la información de todos los actores; 3) Promover, ante el cabildo, la adhesión del municipio a la Carta de la Tierra, y enviarla a la ONU. Asimismo, elaborar e implantar la Agenda 21 Municipal,
instrumento concebido  para poner en práctica los principios de la acta mencionada, que incluye un capítulo especial para el Desarrollo sustentable del turismo; 4) Elaborar el Plan Estratégico de Turismo y el correspondiente Programa  Operativo;   5)  Establecer
















El modelo de desarrollo inmobiliario en las costas demanda una gran cantidad de recursos naturales, principalmente agua, y deja pocos beneficios económicos. (Foto: Aaron Eslimán)

Construccion en dunas
La construcción sobre dunas costeras pone en riesgo la infraestructura debido al incremento del nivel del mar y la erosión de las playas.
(Foto: Ernesto Bolado Martínez)
una página especial en internet para informar a los turistas, a la comunidad y a los empresarios acerca de la filosofía del turismo responsable, el plan estratégico y los avances del programa operativo; 6) Elaborar un Plan de desarrollo urbano congruente con las reservas de agua y capacidad de carga de los distintos sitios; y 7) Establecer un código para inversionistas y empresarios con los aspectos básicos del turismo responsable, a fin de que los conozcan y sepan las condiciones bajo las cuales es posible invertir y operar.

Por lo visto, hay mucho por hacer y los periodistas con vocación por la conservación ambiental, en mucho pueden contribuir para resolver este reto colosal.

Miembro fundador del Grupo Ecologista Antares, A.C., de Loreto, B.C.S. geantares@hotmail.com