perla

 

 

Las boyas marcan las jaulas

Las boyas marcan las jaulas del cultivo de perlas en la bahía.
Foto: Mario David Gamboa López

Concha nácar

Concha nácar del Golfo de California
Foto: Anastacio Catzin

Se aprovechan para hacer joyería
Se aprovecha para hacer joyería como anillos, aretes y collares.

Foto: Anastacio Catzin

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Guaymas

Cultivan perlas marinas de la más alta calidad y con cuidado al ambiente


Por Juan Jesús García González y Mario David Gamboa López*

La gran riqueza del Golfo de California es el principal factor para hacer realidad el cultivo de perlas en la Bahía de Bacochibampa. Para la reproducción y desarrollo de criaturas marinas como la ostra perlera, que es un molusco, se requiere del fitoplancton y de otros organismos microscópicos que abundan en estas aguas.

De ahí que la empresa Perlas del Mar de Cortéz cultive perlas marinas, siendo la única granja perlera que existe en todo el continente americano.

El sitio es un atractivo para los turistas que pueden apreciar los métodos utilizados para desarrollar la perla. Contribuye al mercado local al vender joyería bajo los principios del comercio justo, y ofrece la tranquilidad del lugar con vistas de las puestas del sol sobre el mar.

Para que una perla esté bien formada y tenga un buen tamaño, tarda alrededor de dos a 10 años de manera natural, pero se acelera el proceso de producción al atrapar la ostra perlera e implantarle una pequeña esfera para que esta la cubra con el llamado “saco perlero”. Después de unos 18 meses de desarrollo en la ostra enjaulada en la bahía, la perla está madura y puede ser cosechada. Por último, ésta se aprovecha para hacer joyería como anillos, aretes y collares.

El biólogo marino Douglas McLaurin, productor y desarrollador de perlas marinas, explica que él y sus compañeros de clase desarrollaron el método de cultivo por primera vez en México en 1993.

“Esto se hizo con el fin de dar una nueva tecnología,” dice McLaurin. “Es increíble lo que uno puede hacer si desea ayudar para el bien de su país.”

Se espera que en un futuro esta nueva tecnología llegue a todo el país y que demuestre la posibilidad de otra producción en el comercio justo y otro método de investigación. Este tipo de cultivo genera ingresos sin causar consecuencias dañinas al ambiente. Se genera la reproducción de la especie, llamada nácar, que durante años estuvo amenazada de extinción debido a su sobreexplotación.

*Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMar) Guaymas y CBITIS 40, respectivamente

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